Creo que es difícil saber cómo hemos llegado a esta dependencia, por no hablar del problema medioambiental que supone. Nos dijeron que era cómodo, usar y tirar. Nos rendimos a la filosofía de la comodidad, sin complicaciones, sin mañana, sólo para hoy, sólo para este minuto.
El plástico llegó para quedarse, tan versátil y polifacético como él sólo. No negaremos que es útil en muchos usos, (estoy escribiendo sobre un teclado de plástico), que nos puede salvar la vida convertido en un utensilio de emergencias médicas. Pero ello no justifica que estemos poniendo en jaque a todos los ecosistemas donde se ha infiltrado tan íntimamente. Los pájaros hacen nidos con fibras de plástico. Los peces ingieren más plástico que alimento. Los suelos agrícolas están plagados de fragmentos, y las aguas de ríos y mares tampoco quedan libres de esta invasión, en grandes fragmentos o en forma de microplásticos.
Ya existen arrolladores datos de su impacto sobre la salud humana, desde que forman parte de las placas de ateroma, (esas acumulaciones en el interior de las arterias, que antes estaban formadas, sobre todo, por colesterol), hasta la disrupción endocrina que altera funciones esenciales para el organismo (pubertad o menopausia prematuras, diabetes, obesidad, por mencionar algunas). Muy conocido es el bisfenol A, pero no tanto el resto de bisfenoles que circulan por el mercado plástico en infinitos formatos. Los investigadores pioneros en este ámbito, como Nicolás Olea , catedrático de la Universidad de Granada , lleva ya varios años estudiando y alertando sobre este asunto.
Y no, reciclar no es la solución, la tarea es tan ineficiente como costosa, concluyendo la operación en bloques compactados apilados en gigantescas columnas de residuos.

No podemos excluirlo de nuestras vidas de forma completa, pero si podemos reducir considerablemente la exposición que tenemos.
Podemos empezar por lo básico : alimentos y bebidas . El plástico contenedor de tu botella de agua es un conjunto de cientos de sustancias legales , sí, pero no necesariamente seguras. Se sabe que muchas de esas sustancias migran al contenido del envase. Lo mismo ocurre con los alimentos. La situación empeora si lo calientas en el microondas de casa .Tan simple como sustituir por una botella de acero o de vidrio, que son las opciones más saludables y sostenibles. Tendrás botella o tupper para rato. Cada decisión, cada cambio es importante, y positivo.
Las bolsas de un solo uso son otras líderes en este ranking. Todos hemos visto una bolsa enganchada a un árbol, arrastrada por el viento; bolsas flotando en un río, la bolsa de las bolsas en casa. Una sencilla bolsa de tela, como la que habitada en la despensa de todas las casas hasta hace no tanto tiempo, es una compañera útil y respetuosa con el medioambiente.
Volver a lo tradicional, a menudo es lo innovador, porque lo que cumple su función adecuadamente, no requiere grandes evoluciones. Siempre es un buen momento para plantar un árbol. Siempre es un buen momento para romper con la dependencia del plástico.
Por la salud del planeta, y por la nuestra propia.
